Saludos gente de Internet, he vuelto, después de una
semana renovadora apartado de Internet y todos sus beneficios, he vuelto con
ganas de contarles que me pasó.
Antes de:
Primero que nada hubo una semana de preparación mental antes
del viaje y claro de hacer las maletas a última hora, como siempre, lo que
trajo como consecuencia que se me olvidaran ciertas cositas que me hubiese
gustado llevar, como un peine…
Día 1 – Adaptación
El primer día nunca es fácil y sobre todo cundo no conoces a
nadie, pero además de eso, que al parecer todos te conozcan a ti, es cierto que
el primer día tenía ganas de devolverme corriendo; tendría que cambiar mi
rutina diaria, lo único que me ayudaba era contar los días que faltaban para mi
regreso.
Estuve en “La Kascada” (creo que se escribe así) en el
campamento de la IBE, siglas para Iglesia Bautista Emanuel a, a la cual estoy actualmente
asistiendo, un ambiente distinto, imagina el Ávila, ahora imagina que te vas a
quedar por una semana, hermosas vistas, agradables personas y muchas
actividades, nunca faltaba algo que hacer. Nada más te tienes que calar un viaje de 2 a 3 horas para
llegar a la montaña, el viaje es muy largo, pero lo pase la mayor parte del
tiempo dormido; nada más llegar puedes sentir el cambio de ambiente, calor,
calor y más calor si hay algo que nunca falta es la sed. Pues nada, yo con buena actitud, y un tanto motivado me
anoté en este viajesito; como no conoces a nadie lo más lógico era empezar a
presentarte, pero yo no, estaba, en shock, pensando cosas como ¿Qué hago aquí?
Después de un buen rato que los líderes se organizaran por
fin entramos a las cabañas y dejamos el equipaje, por fortuna fui de los
primeros así que pude elegir mi cama, algo muy ventajoso, elegí la cama de abajo
de la litera del fondo, así no estorbaría y podría tener algo de privacidad, mientras a
la vez podía ver todo. El día se fue algo lento mientras me adaptaba a lo que iba
a ser mi casa por esos días.
Día 2 – Reflexiones del pasado
Algo muy característico del campamento es que después de
despertar y arreglarnos, teníamos un devocional, ligero para empezar el día lo
cual me daba mucho de lo que pensar al pasar el día. Otra cosa muy característica
de este campamento es que a lo largo de la semana estuvimos viendo una serie de
talleres en cual analizamos nuestro pasado, el presente y el futuro; claro
también visto otras actividades físicas para cansar nuestro fastidio y poder
dormir toda la noche.
El martes fue de laguna, algo muy interesante de la laguna
es que te puedes lanzar en tirolina para caer en el agua, al principio poco
atractivo pero después de comprobarlo fue muy divertido, por seguridad nos
hacían usar chalecos, porque en una parte del medio se volvía exageradamente
profundo, pero con el chaleco era más fácil nadar.
La comida era excelente, e imagina no tener que lavar los
platos, es quitarse un peso de encima; por dentro me preguntaba cual era la
hora de dormir, después de tanto nadar en la laguna estaba agotado, sin embargo
para mi sorpresa las horas de dormir eran bastante tarde, pasadas las 12 pm, al
principio me fue difícil despertarme al día siguiente, esa noche pasé frío.
Día 3 –Un enfoque distinto
Conforme pasaban los días me empecé a dar cuenta que parecía
un sueño, de repente te sacaban de tu casa, y estabas en una montaña, pero resaltemos lo bueno, aprendimos
muchas cosas interesantes y que sin duda nos podrían ayudar en “La vida real”, estar allí te daba una sensación de estar apartado de todo.
Si no me equivoco el día 3 fue de hacer rápel en la cascada,
imagina una cascada de 16 metros, bien, ahora el agua está helada, además de que
tienes que bajarla “caminando” algunos me dijeron que puse una cara de espanto,
aunque considero que fuí muy positivo.
La noche del día 3 fue muy emotiva para muchos, una noche de
adoración al Señor que conmovió muchos corazones, algo muy bonito sin duda.
Volvimos a dormir tarde, esta vez me puse un suéter, amanecí sudado…
Día 4 – Tomando partido en un viaje
Al día cuatro me dí cuenta que estar en ese lugar no era tan
malo, muy buena comida, cama, aire acondicionado y muchas actividades por
hacer, conocía gente nueva y eso me agradó. El día cuatro fue de piscina, y probablemente la actividad
que más me gustó de todo el campamento,
fue de relajación absoluta de comer mucho y broncearse.
A lo largo de la semana habíamos preparado un obra de teatro
que habíamos planificado, y esta noche había que presentarla, era la noche de
talentos. Todo bien, hasta que empezó llover, sin embargo nos presentamos
como pudimos, todos apretados debajo de la carpa esa no me acuerdo como se
llama, no ganamos, pero lo hicimos muy bien. Me tocó hacer de pastor. Dormí tarde.
Después de la lluvia de anoche, también había amaneció
lloviendo y el clima fue de mal en peor todo el día. Pero no impidió que hiciéramos
las actividades de ese día, el día cinco fue de escalar, primero por la pared
de escalar, una pared alta que tenias que subir como pudieras, como había hecho
todas las actividades durante la semana, me atreví a intentar esta, sin embargo
fue la única que no pude cumplir, no encontraba donde colocar los pies y mis
brazos no tenían la fuerza para jalarme, a esa pared le dije que volvería.
Después, escalera de Jackobs creo que es así, esta fue más sencilla gracias a
mis piernas largas no me fue muy difícil subir, casi tiempo record.
Con el pasar de los días la comida se iba haciendo mejor,
sin duda habían preparado lo mejor para el final, era la ultima noche así
tuvimos una actividad que era como una especia de radio en la que pasaron las
mejores canciones, o mejor dicho, las más votadas, también vimos como especie
de flashback a lo que habíamos hecho a lo largo de la semana.
Al fin había llegado el ultimo día, ansioso por volver a
casa, sentir mi cama y usar mis cosas, el viaje me pareció más largo que el
anterior, quizás en parte porque no pude dormir, y estaba excesivamente
incomodo, no encontraba donde poner los pies; cuando volvimos a Caracas ya
empezaba a sentir normal de nuevo, no hubieron lagrimas, al menos no de mis
ojos. Había vuelto a casa, le di un abrazo enorme a mi mamá y a mi mascota
peluda navi, pero la cruel realidad me recordó que mis dos computadoras se
habían dañado, así que hice un espacio en la laptop de mi papá y empecé a
escribir esto, me llevó un rato largo.
Anexo a esta entraba, les dejo una cosita que se supone debía
grabar en vídeo y presentarlo en el campamento, pero por desgracia dejé pasar
la oportunidad, sin embargo se los dejo, es como una conclusión a lo que fue el
campamento y aprovecho para cerrar el tema:
Hola tú, si tú que estás viendo este vídeo, escucha muy bien
mis palabras que son el fruto del esfuerzo de personas desinteresadas que
trabajan por un bien mayor, dirigido a todos nosotros, que vinimos de
diferentes lugares con diferentes propósitos.
A lo largo de la semana he sufrido diferentes experiencias
que han hecho brotar mis emociones y que me han exigido mi mejor esfuerzo. Si
es verdad que puedes gozar de diferentes actividades alrededor del campamento,
pero no debes dejar de lado el estudio de la palabra que alimenta el alma y
alivia el corazón, y en parte es como un entrenamiento que pone a prueba no
solo tu físico si no también tu mente.
Renuévate, eso a lo que te invita este campamento,
renovación, estuve perdido pero se me presento la oportunidad de retomar el
rumbo, y ahora me atrevo a decir que me entrene con los mejores.
¿Y tú, que esperas para retomar el rumbo?
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